lunes, 24 de septiembre de 2012


Deja Vu


imagen de tormenta tomada de web

El viernes en la noche tuve una pesadilla, como si estuviera en medio de la tormenta de la imagen,  me fui a dormir con las noticias del telediario que anunciaban la aprobación del anteproyecto de Ley Orgánica para la mejora de la ley de la calidad educativa. Mi pesadilla  durante la noche era una confusión de imágenes como que volvía hacía atrás en el túnel del tiempo, simultáneamente parecía que estábamos nuevamente en el 2002  pero con una sucesión de imágenes de la década ya cumplida y  una superposición de algunos otros proyectos alternativos que hace poco había visto en la película de la Educación Prohibida


En definitiva,  la sensación tan nítida que ya habíamos discutido estos mismos temas y ejes de otra reforma. Y curiosamente insistiendo con la calidad en su título y en un discurso vacío de búsqueda de responsables “individuales” de esos fracasos. Comprobé al despertarme, leyendo los periódicos de la mañana, que la fecha era cierta, las noticias, comentarios, opiniones, argumentos y contrargumentos eran de setiembre de 2012 y bastantes imágenes y sensaciones de esa pesadilla eran reales, tanto como las declaraciones del anterior ministro insistiendo en el diálogo y el consenso ¿pero los que no quisieron apostar por ese pacto y que detentan el poder ahora creen en un diálogo o consenso? Me temo que no, que esto sigue la tramitación establecida sin cambios profundos ni voluntad de pensar realmente en lo que verdaderamente necesitamos “transformar” más que reformar.

Para mi sorpresa había una novedad, se discutía que no era una reforma ideológica, que estaba apoyada en datos -aunque solo se repita uno hasta la saciedad: % de resultados (abandono temprano y malos resultados PISA) sin ponerlos en contexto.  Por cierto, Francisco Imbernón resume en muy pocos párrafos la constante ideológica en las reformas del PP y no vale la pena poner más energía en comparar o rastrear estas propuestas 

A su vez contamos con nuevas investigaciones y estudios, y nada menos que de la OCDE,- Equity and Quality in Education- que muestran una evidencia empírica aplastante en contra de lo que el Ministro defiende sobre la equidad y los resultados académicos sobre los que llama la atención  Rafael Feito en 


 Es decir, han pasado los años contamos con nuevos  estudios e investigaciones pero parece que se hace oídos sordos a los mismos para continuar con propuestas ya desfasadas, y lo que es peor que echan por tierra muchas conquistas y avances, que tendríamos que seguir profundizando, corrigiendo, mejorando. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que es una vuelta a más de lo mismo y mientras tanto  la casa sin barrer. El Ministro  insiste en asegurar que el problema es de estructura  y que es ésta la que provoca la alta cifra de abandono educativo temprano o la falta de alumnos excelentes. Por lo tanto, cambiando la estructura  este problema se solucionaría y por eso el instrumento es un cambio de legislación… ya tenemos experiencia de sobra para saber que es una burda simplificación a una cuestión compleja.

Y seguimos apelando a pruebas externas, controles, test o encuestas, esfuerzo, reválidas, segregación de alumnos o separación temprana y muy poco sobre los contenidos y las formas de enseñarlos y aprenderlos. Si atendemos a los contenidos  la preocupación de esta reforma está en el % de quién fija los contenidos mínimos, o mejor expresado máximos,  o qué asignatura se quita, pone o se redistribuye. Pero, ¿dónde está el debate de la selección de ese contenido, de cómo lo organizamos, por qué damos por supuesto que es por asignatura, cómo formamos y apoyamos al profesorado no para instruirlo sino para que tenga una autonomía respaldada en su desarrollo profesional para poder hacer una trasposición didáctica. En la sociedad del conocimiento, la información o la globalización qué  papel tiene que jugar el sistema educativo más allá de su estructura tal y como la conocemos?

Dónde están los desafíos y retos que debemos afrontar (por cierto, contamos con excelentes guías para este debate- Gimeno Sacristán ha publicado muchos libros y artículos que nos ayudan a esclarecer principios de actuación: La educación que aún es posible, Saberes e incertidumbres del curriculum…) cuál es  la pertinencia y relevancia de ese curriculum, y dónde quedó la responsabilidad de formar y brindar oportunidades para que nuestros niños y niñas aprendan a comprender, pensar críticamente, crear, recrear y, en definitiva, a ayudarles a tener una experiencia vivida de otros modos de aprender.Contamos con otros modos de entender la educación, de seleccionar y organizar los contenidos, con proyectos alternativos que muestran que es posible, con propuestas para indagar, aprender y compartir….. y es lo que nos ocupará este cuatrimestre por ejemplo en el Máster en Psicopedagogía en El curriculum como proyecto. 


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